Generales

Siento mis emociones desgastadas

¿Qué podemos hacer para no caer en el desgaste emocional típico de las crisis que tanto daño nos puede causar?

Por Bernardo Stamateas

Adaptarse a todas las situaciones que uno tenga que vivir nos ayuda a no estresarnos. Esto implica desarrollar una mentalidad flexible que nos permita acomodarnos al contexto en el que actuamos cotidianamente. Entonces, suceda lo que suceda, no nos detenemos y podemos continuar hacia adelante. Hay gente que, ante el primer obstáculo, se paraliza porque no es adaptable a sus circunstancias que de repente cambian. 

La rigidez mental nos conduce a quebrarnos. En cambio, la flexibilidad mental hace que nunca nos desgastemos. Podrá modificarse el escenario afuera en más de una ocasión, pues los cambios son parte de la vida, pero nosotros no nos vamos a estresar innecesariamente.

Pero, para lograr ser adaptables, necesitamos tener en claro nuestro objetivo. Cuando uno no sabe qué quiere, acaba por sobreadaptarse, lo cual quiere decir buscar complacer a todos. Mucha gente se comporta así y, cuando están desgastados a nivel emocional, empiezan a quejarse de que ellos están siempre disponibles para los demás, pero nadie nunca está disponible para ellos. 

Este sentimiento nace de haber descuidado su propio deseo para quedar bien con otros. La adaptación nos brinda una mejor calidad de vida y nos suma años bien vividos. 

Supervisar todo

A veces, cuando tenemos éxito en alguna área, nos llenamos de orgullo. Como resultado, a medida que pasa el tiempo, dejamos de chequear nuestros resultados y las cosas empieza a andar mal. Esto puede ocurrir tanto en una relación afectiva como en un empleo o en un estudio. Es fundamental tener el hábito de la supervisión en todo lo que hacemos en la vida para evitar estas situaciones. Cuando uno acostumbra supervisar, es fortalecido por la satisfacción de los logros obtenidos hasta el momento para seguir avanzando hacia la meta. 

Priorizar

No todas nuestras actividades tienen el mismo nivel de importancia. Priorizar lo que hacemos nos ayuda a no acabar extenuados en medio de tantas cosas que llevamos a cabo a diario. Cuando priorizamos, estamos diciendo: “Ahora me dedico a esto; después, a esto; y a continuación, a esto otro”. Es un hábito muy común de la gente exitosa para no desgastarse emocionalmente. 

Cuando nos sentimos desgastados, corremos el riesgo de querer dejar todo a mitad de camino. Las prioridades en cada área de nuestra vida, aun cuando no seamos conscientes de ello, nos protegen. 

Hoy más que nunca cuidemos nuestra salud física y psicológica. Procuremos huir del estrés porque largo camino nos resta y tenemos que disfrutarlo todo.

 

Fuente: www.ellitoral.com.ar

Comentarios
Volver arriba