En la década de los setenta un parisino se preguntó, muy sabiamente, ¿sobre qué todavía no se ha escrito para niños? Teníamos príncipes y princesas de sobra, una fauna mágica considerable, un principito exitoso, hasta teníamos esas terribles tragedias de Hans Christian Andersen sobre niños que mueren de frío o a los que les cortan los pies. Pero ¿qué no teníamos? Niños reales, jovencitos y jovencitas que estuvieran transitando la vida con todo lo que eso implicaba, y ahí vio su magistral oportunidad Christian Bruel para crear una historia maravillosa sobre una infancia transexual, sí, como lo leyeron.

El que avisa no traiciona, ya el título no deja lugar a dudas: “La historia de Julia, la niña que tenía sombra de niño”. Con ese nombre no te podés esperar otra cosa que un relato sobre una pequeña que no se comporta como la sociedad (¡y peor, sus padres!) espera de ella. Y por si abordar esta temática no fuera poco (para los setenta y para el 2022), es un relato para niños, es un libro álbum hermosamente ilustrado, y es exitosísimo.

Eso sí, cuidado con la edición que se compra, porque la versión editada en España en los ochenta tenía varias partes censuradas. ¿Y por qué la censuraron? Vaya uno a saber si la historia va de lo más tranquila: a Julia no le gusta peinarse, ni bañarse, ni hacer nada de lo que los demás le demandan para su sexo, y por esa razón recibe un insulto muy particular en su familia: la llaman “muchachito”. Y tanto insisten con eso que pasa lo inevitable: una mañana Julia se despierta con sombra de niño.

La protagonista atraviesa una serie de reflexiones, por un lado no puede dejar de pensar en esa sombra que la refleja mejor que el espejo, pero por el otro se siente descorazonada al pensar en sus padres que, según ella, la quieren mucho más cuando no está siendo ella misma, o mejor dicho “él mismo”. Y en ese debate, aparentemente sin solución, vuelve a pasar lo inesperado: Julia conoce a un niño que la entiende a la perfección, un niño al que todos le dicen que llora y se parece a una niña.

La unión hace la fuerza, y como estos dos personajes no tienen ni un pelo de tontos, rápidamente se sindicalizan, forman el colectivo “niñoniñas”, eligen como lema partidario “¡al diablo las etiquetas!” y marchan por Plaza de Mayo al grito de “Tenemos derechos”. Bueno, no tan así, ¿o sí? Léanlo y descubran la verdad por ustedes mismos. Lo cierto es que en 60 páginas (la mayoría son dibujos, no se olviden) el libro te metió transexualidad, estereotipos, desesperación, aceptación, rebeldía y (lo mejor para el final), la construcción de la identidad. Tranqui, como la vida misma.

Ficha técnica:

• Título: La historia de Julia, la niña que tenía sombra de niño
• Autor: Christian Bruel
• Ilustración: Anne Bozellec
• Páginas: 66
• Editorial: Babel
• Edad mínima recomendada: 6 años