
En la letra Cordera subraya que “No me siento vencido por no llegar primero, voy con la frente alta mostrando mis agujeros… aprendí a morir más de una vez, y a renacer en cada canción”.
Gustavo Cordera vuelve con un álbum que contiene 10 composiciones que llevan su firma y su sello propio. Todo el disco tiene una gran carga emotiva y sentimental y es su retorno luego de un largo silencio musical que lo llevó a concentrarse y componer estas canciones que ya formarán parte de sus nuevos shows.
Hay mucho para descubrir en las inspiradas letras, en las armoniosas melodías y en el sonido bastante simple y clásico de este verdadero disco de Rock.
La presentación oficial del nuevo álbum será en Groove, el sábado 20 de octubre.
Este disco estará acompañado por seis videos que serán presentados previos a su salida.
Mirá el video y a continuación leé la letra:
Letra:
Voy a alimentar mi mejor versión
con las mieles de mi corazón.
Hoy, la ingenuidad y la desnudez
me regresan hacia mi niñez.
Nadie puede darme lo que no me doy,
y me obstiné reclamando amor.
Esa fue mi cruz, me victimicé
y en la culpa jamás pude encontrar la redención.
Ya no quiero castigo por no hacer lo que debo,
no persigo verdades, porque soy verdadero.
No me quiero juzgar por prensar diferente,
yo no voy a vivir como diga la gente.
No me siento vencido por no llegar primero,
voy con la frente alta, mostrando mis agujeros.
Con todos mis errores encendí mi lucero,
y hoy me siento querido, porque ahora me quiero.
Aprendí a morir más de una vez
y a renacer en cada canción.
Soy una señal, una vibración,
por las venas, resonando voy.
Hoy puedo sentir mi fragilidad,
puedo bendecir tantas lágrimas.
Encontré un lugar, mi espacio azul,
donde nada volverá a reunirme con la cruz.
Ya no quiero castigo por no hacer lo que debo,
no persigo verdades, porque soy verdadero.
No me quiero juzgar por prensar diferente,
yo no voy a vivir como diga la gente.
No me siento vencido por no llegar primero,
voy con la frente alta, mostrando mis agujeros.
Con todos mis errores encendí mi lucero,
y hoy me siento querido, porque ahora me quiero.
Ya no tengo enemigos porque nada defiendo,
la bandera que alzo, no precisa argumentos.
Soy el agua de mar que cura tus heridas,
quiero tu bienestar, tanto como a mi vida.
Yo fui un libertador y también un payaso,
me creí por encima y conocí el fracaso.
Y, aunque a veces llegué a la cumbre más alta,
nunca me tuve a mí, y ahora y me hago falta.